miércoles, 18 de marzo de 2015

Maraton de Barcelona - Diálogos desde el upper (II)

       - Zzzzzzz, Zzzzzzzzzz, Zzzzzzzzz

             -  Toc, toc

            -   Zzzzzzzzzzz, Zzzzzzzzzzz, Zzzzzzzzz

            -   Toc, toc, toc , toc

            -  Mmmm, ¿Qué pasa? ¿Es que no vais a dejar a una vieja zapatilla desgastada disfrutar de su merecido descanso? ¿Quién es, Quien llama? Ah! Eres tuuuuu, el de los planes y las carreritas, el que iba a correr “nosecuantas” medias y debutar en Maratón en Donosti.
Veamos… eso decías hace más de un año y  por lo que me he enterado en el zapatero poco, poco, poquico mas bien nada, ¿no?

             - Ya está.

            -   Ya está… ¿Qué? 

            -  Ya esta, esto…


            



         -  ¡Tomaaaaa, vaya medalla, Pero si tú no eres capaz! ¿A quién se la has robado? ¿No habrás…? No me digas… que eres maratoniano, ¿Qué has acabado una maratón?
Pero, si tuviste que dejar de correr en Septiembre y olvidarte de ir a Donosti, si luego arrancaste y tuviste una rotura de fibras en el gemelo, ¡si es que hace diez días estabas en la cama con gripe! ¿Cómo lo has conseguido?

          - ¿Te lo cuento?

          - Cuentaaaaaa Campeón!

          - Tenía miedo, mucho miedo. Había seguido el plan, pero los dos últimos meses  con muchos parones; lesión, gripes, con menos kilómetros que los que debería, y muchas dudas… tantas que si no hubiera tenido todo organizado con antelación habría renunciado un par de semanas antes de la carrera.

         -  ¿Y porque no lo hiciste?

          - No sabía si mi cuerpo podía hacerlo, pero sabía que mi cabeza quería hacerlo. Que había que intentarlo y si no salía… valdría como experiencia para las próximas.
Me olvide de objetivos de tiempo, de ritmos y me convencí de que la primera maratón hay que disfrutarla sin presión y de que me merecía conocer una maratón desde dentro. Y así me plante en la línea de salida.

          - Y nada más ni nada menos que en Barcelona, cuenta, cuenta… ¿cómo estaba aquello?

         -  Impresionante, grandioso, miles de personas con sus miles de historias y sus millones de kilómetros entrenados, todos juntos, nerviosos , esperando la salida con la Caballe y Mercury cantando Barcelonaaaaaaaa!!!. De llorar de emoción.

         -  ¿Lloraste?

         - Lloré… buenooo solo un poco, apenas nada.

        -   Ya, ya me imagino. ¿Y la carrera?

          - Hice lo que había planeado. Disfrute como nunca lo había hecho, con un ritmo con el que creía que podía llegar al final iban pasando los kilómetros rápidos bebiéndome la maratón desde dentro. 
Me reí, anime a otros corredores, me animaron a mí, fui solo, fui en grupo, choque manitas, salude hasta a los perros, agradecí a los voluntarios su apoyo, aplaudí la animación y, por supuesto, luci la camiseta de Dravet

         -  ¿Eso es todo? ¿Nada de épica? ¿Ni Tío del mazo, ni Muro? ¿Tú que fuiste a hacer jogging, o qué?

          - No, noooo, que hubo de casi todo. Eso tan divertido pasó hasta el km 28 o 30. A partir de ahí fue cuando la cosa ya no fue tan fácil. No hubo Muro ni conocí al del Mazo sobre todo porque los avituallamientos estaban muy bien surtidos y los hice casi todos, además que de fui muy reservón. Pero a partir del 30 las piernas se fueron convirtiendo en dos columnas de hormigón que costaba mover y hubo que tirar de orgullo y frases mantra para hacer esos 12 kilometros que parecía que no se acababan nunca; sobre todo para no parar... y no paré.
      En ese tramo viví lo más bonito de la maratón, corredores que no se conocen de nada ni volverán a verse más después de ese día, animándose unos a otros, compartiendo ese último gel. “Tira tú que yo no puedo”, “Vengaaaa, vamos que llegamos”, “Aleeeee, aleeeeé”, “Go, go, go” Realmente precioso.

          - ¿Y la llegada?

          - Antes de eso, el Paralelo se me antojaba el K-2 pero llegué. Llegué, grité, reí, lloré, algo único.      Recuerdo con cariño al voluntario que me puso la medalla porque nos abrazamos y me dijo: “Cabroneeeees, que mañana de envidia estoy pasando, estoy lesionado y no he podido correr” y allí estuvimos un rato hablando de lo difícil que es estar lesionado, hasta que nos despedimos con un “Siempre habrá más carreras”

          - Buffff, que emoción. Pero, oye… ¿todo estuvo tan bien?… ¿no hubo nada de nada que no te gustara?

         -  A ver, tampoco llevo tantas carreras como para ser un experto pero no me gustó nada de nada las docenas de corredores y corredoras que dejaron sus regalitos líquidos y sólidos por todos los lados. En algunos casos sería porque no había baños suficientes, que tendrán que poner más; pero en otros no era esa la razón y realmente me pareció una cara muy fea de la carrera. Por otro lado las botellas del avituallamiento por los suelos torcieron más de un tobillo, y seguro que unos contenedores abiertos después de los avituallamientos arreglarían este tema. No somos tan “pro” (la mayoría) como para no apartarnos un momento y tirar la botella a un contenedor. ¿no?

         -  Ayyyy, que chuli. ¿Y dime, lo mejor de lo mejor que fue?

          -  Por supuesto que lo mejor fue el  fin de semana completo con la gente que quiero, apoyándome también en la carrera y que además disfrutaran tanto como yo el ambientazo de Barcelona en el Maratón. Pero, lo mejor de lo mejor de lo mejor fue lo de … “Papa, el año que viene corremos juntos”

         -  Se me derriten los lazos.


         -  Dímelo a mí.

      - Oyeesss, no te escapes aun , que vas a ser mas tapado que el de la batamanta. Y el tiempo, ¿que?

      - Fresco y soleado durante la carre...

      - Noooooo, ese no , el otrooo.

      - Buenooo, no fue para tirar cohetes, es que ya sabes que el Meridiano, Diagonal y paralelo pican  para arriba; la preparacion no fue la mejor, el sol...

    - Vengaaaaa suelta ya

     - 04:47:39 , reconozco que mejorable.

     - Eso es cierto ¿Y para cuando mejoramos eso?

     - Mmmm Pamplona, Donosti... a ver.

     - Buffff  Donosti otra vez, es mentarlo y se te tuercen las cosas.

   - Veremos. Solo se que habra mas carreras.

martes, 20 de enero de 2015

El cuento de Juan Ranín: Castillos en el aire. (*)


Juan Ranín llevaba en sus pies sus nuevas zapatillas y empezaba su tirada larga dominical soñando despierto. “Con estas zapatillas y mi plan de entrenamiento” se decía “me planto en unas semanas en la salida de mi primera maratón y la acabo,¡ claro que la acabo!” . Juan se regodeaba en sus pensamientos y aun añadía” bueno, bueno… acabar no es para tanto, con el ritmo que tengo pensado a nada que apure un poco hago sub-algo”

Seguía Juan trotando con un ritmo sostenido,  pulsaciones controladas y respiración tranquila mientras pensaba “Y claro, después de la primera… vendrá la segunda. ¡Sí!, en tres o cuatro meses más podría rebajar unos cuantos minutos. ¿Unos cuantos? No,no,no, que menos que un cuarto de hora; total no dejan de ser 20 segundos por kilómetro y eso no es nada para mí que me salen los kilómetros solos y a unos ritmos que quitan el hipo”

Los kilómetros pasaban fáciles y Juan borracho de futura gloria aumentaba el ritmo y sus pretensiones se veía entando en meta con un crono excepcional, el público y los medios lo nombraban “Veterano revelación”, las revistas se peleaban por publicar sus planes de entrenamiento y hasta Mr. Daniels se rendía a su pies pidiéndole colaborar en la elaboración de un libro a cuatro manos… “No sé, no sé, como que igual le digo que no, ese Daniels no sé si sabe mucho de esto, me da a mí que se querrá arrimar a mi fama. Mejor lo escribo solo”

Juan aumento más el ritmo mientras paladeaba sus futuras victorias y entonces su gemelo dijo basta y se rasgó. Así que Juan se quedó sin nada: sin maratón acabada, sin sub-algo, sin bajar quince minutos del sub-algo, sin ser “Veterano revelación”, sin publicar sus planes de entrenamiento y sobre todo todos los corredores del mundo se quedaron sin poder leer el “Ranin´s Running Formula”


MORALEJA: La tortuga corre si usted le deja. (o deja en los comentarios la tuya)

(*) Adaptación runeril verosimil de "El cuento de la lechera" de Esopo.

jueves, 23 de enero de 2014

Diálogos desde el upper


-          ¡¡¡Psssst!!!  ¡Eh, figura!

o  

-          Venga sácame de aquí que tengo algo que contarte.

o   Que no, que no. Que ya bastante raro es que una playera vieja y rota hable como para además contestarle.

-          ¿Cuidadito con los términos, chaval! Deja lo de playera y llámame  zapatilla de running, aparta lo de vieja y pon veterana y lo de rotaaa… bueno, digamos que son aperturas de ventilación en el upper o heridas de guerra  si quieres. Si es que con esos juanetes que tienes no hay manera de mantener un upper en condiciones.

o   Ya, ya… y lo de hablar?

-          A ver, si te hablan las cosas, será cosa tuya. No sé, háztelo mirar. Bueno “al turrón” que yo quiero volver a la caja cuanto antes, que estoy mayor y me duele hasta la lengüeta y si nos liamos con tus paranoias mentales nos van a dar las uvas. Y de eso quería yo hablar… ¿La Navidad bien, no?

o   Ehh, bueno si… como siempre.

-          ¿Cómo siempreeee? Si llevas desde principios de Diciembre de mesa en mesa y no para hacer tertulia ¡Tragón!  ¡Canalla! Que eres un canalla. Y luego a llorar por los rincones y que si el cinturón encoge, que el colesterol lo tengo alto por genética y otras perlas de autocompasión que sueltas.

o   ¡Oye! ¡No te pases que te meto a la caja y la tiro al contenedor de orgánica!

-          ¡JA! Que miedo. Mira como me tiemblan los cordones. Tú sabrás porque no lo has hecho ya. ¿Sera que te digo lo que no quieres oír? Bueno, bueno…  venga, va, no nos enfademos  que después de los kilómetros que me calzaste para preparar tu primera Media no es plan que acabemos sin hablarnos. Ayyyyy.Tu primera Media Sniffffff ¡Qué tiempos aquellos!...

o   Solo fue hace un par de meses.

-          …¡Y como estaba yo de bien!¡ Que grip, que estabilidad, que flexibilidad! ¿Recuerdas como amortiguaba?¿Y cómo brillaban mis overlays corriendo por las calles de madrugada. Sniffff, Sniffff ¿Y recuerdas la llegada a meta de la Media? ¿Recuerdas cómo nos aplaudía todo el público del estadio? ¡Qué momentazo! Todas las miradas fijas en nosotros en la última vuelta al estadio y el rugir del público aclamándonos en pie …

o   Ehhh, bueno para ser sinceros eso fue justo cuando nos doblaban los primeros de la Maratón. No sabía cómo decírtelo pero no era a nosotros a quien aplaudían; no te lo tomes mal, hicimos un buen papel para lo que somos, pero tampoco era como para aclamaciones multitudinarias.

-          Bah, bah, paparruchas, que sabrás tú, desagradecido, que me tienes ahora relegada a una triste balda del zapatero y tengo que soportar las chanzas de todos.

o   ¿De todos? Pero, de quién?

-          ¿De quién? ¿De quién? Pues de las botas de monte cuando cuentan sus batallitas y me dicen que siempre suben más alto que yo; de los zapatos de boda, esos tan lustrositos que ni me saludan y me dan siempre el talón. Pero las que colman mi paciencia, las que no soporto, son  las chancletas de playa. Es que me ponen los cordones de punta. Ordinarias, más que ordinarias son; que ni upper, ni silla, ni talón tienen y van diciendo por ahí que tienen más kilómetros que yo y que hay tipos que con chancletas corren maratones y que yo no he tenido los refuerzos suficientes para hacerlo. ¡Horteras! ¡Pisamierdas! ¡Cómo les eche el lazo encima se van a enterar!

o   Vale, valeeeee, calma, calmaaaa que se te acabara deshilachando el collar. Ya sabes que tú eres mi favorita, bueno no solo tú me refiero a vosotras, al par; pero es que la otra aunque también tiene su buen agujero en el upper no habla.

-          Ya te he dicho que lo llames “apertura de ventilación” y bueno es que la otra es bastante tímida, si. ¿Y…, de verdad nos aprecias?

o   Si tontina, que sí; si ya lo sabes. Si las que han venido después aunque tienen mejores sistemas de amortiguación, costuras termoselladas y un upper más resistente; personalidad, lo que se dice personalidad…poca. No me dicen nada.

-          Bueno, confía en ellas, son buenas chicas y por lo menos son de la misma marca, llevamos el mismo DNA. Pero ahora que estamos en plan confidencias me tienes que prometer algo.

o   ¿Qué?

-          A ver, que te has “dejado” bastante estas navidades. Que ya he visto que la báscula está escondida del miedo que tiene a que te subas encima. Que en Nochevieja hiciste unos propósitos para este año y que no los has empezado aun. Tienes que arrancar de nuevo y…

o   Vale, vale que sí, que saldré a dar una vueltecilla. ¿Conforme?

-          No, no, es que no era exactamente eso, veras. Es que yo veo que tú tienes madera, que tú puedes y yo sé lo que me digo y bueno, aunque sé que no será conmigo peroooo...

o   Venga vaaaa, desembucha.
 
                         -      ¡Que quiero que corras una Maraton!

o   Glubs… ¿Maraton? Eso son palabras mayores. No sé…, no creo que pueda. Eso son cosas para el Jero, Sosaku, Alex, los Novatillos y gente asi. Yo… no sé si podría.

-          No te lo pediría si supiera que no eres capaz de conseguirlo.

o   Bueno, reconozco que hace un tiempo que me rondaba esa idea por la cabeza.

-          ¿Sí? ¡Claro! Si ya sabía yo que tú estabas “zumbao” también.

o   ¿Cómo?

-          Nada, nada. Que ya sabía yo que tú eras un héroe.

o   Venga, va, haré como que no he oído. Y si, que acepto el reto y además va a ser en…! la  Mordor  SFM Marathon!

-          ¿Eh? No, no, no flipao. Que no tienes término medio. Anda piensa un poco, que no llegas. No, no, no. A ver, planifica. Hazte varias medias durante unos meses comoooo, no seee, la Media de Tudela, la Media de Pamplona que tan bien organiza el Beste,  si quieres la Media de Mordor SFM y las Murallas si repiten también, y luego el golpe lo das en…

o   ¿Dónde?

-          Si ya lo sabes.

o   No

-          Sí que lo sabes, tontín. En Donosti, donde hicimos nuestra primera Media juntos.

o   ¡Donosti! Es verdad, púes sí, me gusta la idea.

-          Gracias, gracias. Y una cosita más antes de que nos metas en la caja…

o   Venga. Dime.

-          ¿Nos llevaras?

o   Bueno, ya sabéis que es una distancia exigente y que no estáis en condiciones y …

-          No, no, eso ya lo sabemos y no me refería a que nos calzaras en la carrera pero por lo menos un paseo o un trotecillo por el Paseo de la Concha nos haría recordar  tiempos gloriosos.

o   Vale. Trato hecho, ¿Cómo no? Con lo que yo os debo.

-          Ayayay, tontín que cosas dices, venga dame un abrazo y sácanos un poco a la calle.

o   ¡Quietaaaaa!, un apretón de cordones como mucho y a la caja. Que como nos liemos a hablar en la calle acabaremos haciendo la Maratón del psiquiátrico.

-          Pero es que tengo que contarte unas cosas del Tio del Mazo, el Muro, las series intervalos, las cuestas y…

o   ¡A la caja!

-          Valeeee, pero anda cálzate a las otras y sal a dar unas vueltas.

o   ¿Hoy? ¡Si estamos a 3ºC y llueve!

-          ¡Sera posible! Ahora va a ser el frio y la lluvia un problema para un Mordorita? Además así "las otras" se van curtiendo que las veo muy señoritas.

o   No sé por qué aun no os he tirado aun al contenedor de orgánica.

-          Tu a correr, que yo voy al zapatero a vacilar a las chancletas.
   
 

viernes, 29 de noviembre de 2013

Ayer vi a un hombre llorar…


…él acababa de parar el crono en 02:12:43, se había proclamado Campeón de España de Maratón y conseguido una plaza para disputar el campeonato de Europa en Zurich.

No es poco, pero no creo que llorara por lo conseguido sino por lo sacrificado para conseguirlo; por las dudas, por los miedos, por los kilómetros acumulados en las piernas, por las horas acumulando kilómetros.

Los que presenciábamos el momento lo sentimos cercano; compartíamos su alegría con una sonrisa satisfecha, aplausos cómplices y un silencio respetuoso. No éramos muchos, cuatrocientos a lo sumo; nada que ver con los 24000 espectadores del partido de futbol del día anterior, pero aunque desconocidos en su mayoría totalmente cercanos a él en su momento de gloria personal.

Poco después llego su rival compañero, le abrazó, le felicitó … (el resto aquí )https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=YnWc5GYirnY

Nunca me habían explicado tan claramente el significado de la palabra DEPORTE.

miércoles, 30 de octubre de 2013

...caen las hojas del calendario...


Cada vez hay más velas en la tarta y menos hojas en el calendario. Caen despacio, sin ruido, son ligeras, parece que no pesan. No las miras porque no ves el suelo… tenemos muchas cosas para mirar y nos olvidamos de ver.

Por eso no las vi hasta que tus primeros pasos las pisaron y tome conciencia de que eran más de las que yo creía; calcule rápidamente que más o menos la mitad del calendario estaba por el suelo y me dio miedo.

Luego empezaste a jugar con ellas, a pintar y dibujar y ya aparecen los trazos de tus primeras letras. Creo que vas a necesitar muchas más hojas de las que ahora hay en el suelo, descuida, las tendrás y las veremos caer juntos los tres para después jugar con ellas; escribir, dibujar y pintar en ellas... creo que con la próxima me haré un dorsal.