Juan Ranín llevaba en sus pies sus nuevas zapatillas y
empezaba su tirada larga dominical soñando despierto. “Con estas zapatillas y
mi plan de entrenamiento” se decía “me planto en unas semanas en la salida de mi
primera maratón y la acabo,¡ claro que la acabo!” . Juan se regodeaba en sus
pensamientos y aun añadía” bueno, bueno… acabar no es para tanto, con el ritmo
que tengo pensado a nada que apure un poco hago sub-algo”
Seguía Juan trotando con un ritmo sostenido, pulsaciones controladas y respiración tranquila
mientras pensaba “Y claro, después de la primera… vendrá la segunda. ¡Sí!, en
tres o cuatro meses más podría rebajar unos cuantos minutos. ¿Unos cuantos? No,no,no,
que menos que un cuarto de hora; total no dejan de ser 20 segundos por kilómetro
y eso no es nada para mí que me salen los kilómetros solos y a unos ritmos que
quitan el hipo”
Los kilómetros pasaban fáciles y Juan borracho de futura
gloria aumentaba el ritmo y sus pretensiones se veía entando en meta con un
crono excepcional, el público y los medios lo nombraban “Veterano revelación”,
las revistas se peleaban por publicar sus planes de entrenamiento y hasta Mr. Daniels
se rendía a su pies pidiéndole colaborar en la elaboración de un libro a cuatro
manos… “No sé, no sé, como que igual le digo que no, ese Daniels no sé si sabe
mucho de esto, me da a mí que se querrá arrimar a mi fama. Mejor lo escribo
solo”
Juan aumento más el ritmo mientras paladeaba sus futuras
victorias y entonces su gemelo dijo basta y se rasgó. Así que Juan se quedó sin
nada: sin maratón acabada, sin sub-algo, sin bajar quince minutos del sub-algo,
sin ser “Veterano revelación”, sin publicar sus planes de entrenamiento y sobre
todo todos los corredores del mundo se quedaron sin poder leer el “Ranin´s
Running Formula”
MORALEJA: La tortuga corre si usted le deja. (o deja en los
comentarios la tuya)
(*) Adaptación runeril verosimil de "El cuento de la lechera" de Esopo.
(*) Adaptación runeril verosimil de "El cuento de la lechera" de Esopo.