- Zzzzzzz, Zzzzzzzzzz, Zzzzzzzzz
- Toc, toc
- Zzzzzzzzzzz, Zzzzzzzzzzz, Zzzzzzzzz
- Toc, toc, toc , toc
- Mmmm, ¿Qué pasa? ¿Es que no vais a dejar a una
vieja zapatilla desgastada disfrutar de su merecido descanso? ¿Quién es, Quien
llama? Ah! Eres tuuuuu, el de los planes y las carreritas, el que iba a correr “nosecuantas”
medias y debutar en Maratón en Donosti.
Veamos… eso decías hace más de un año y por lo que me he enterado en el zapatero poco,
poco, poquico mas bien nada, ¿no?
- Ya está.
- Ya está… ¿Qué?
- Ya esta, esto…
- ¡Tomaaaaa, vaya medalla, Pero si tú no eres
capaz! ¿A quién se la has robado? ¿No habrás…? No me digas… que eres
maratoniano, ¿Qué has acabado una maratón?
Pero, si tuviste que dejar de correr en Septiembre
y olvidarte de ir a Donosti, si luego arrancaste y tuviste una rotura de fibras
en el gemelo, ¡si es que hace diez días estabas en la cama con gripe! ¿Cómo lo
has conseguido?
- ¿Te lo cuento?
- Cuentaaaaaa Campeón!
- Tenía miedo, mucho miedo. Había seguido el plan,
pero los dos últimos meses con muchos
parones; lesión, gripes, con menos kilómetros que los que debería, y muchas
dudas… tantas que si no hubiera tenido todo organizado con antelación habría
renunciado un par de semanas antes de la carrera.
- ¿Y porque no lo hiciste?
- No sabía si mi cuerpo podía hacerlo, pero sabía
que mi cabeza quería hacerlo. Que había que intentarlo y si no salía… valdría como
experiencia para las próximas.
Me olvide de objetivos de tiempo, de ritmos y me convencí de que la primera maratón hay que disfrutarla sin presión y de que me merecía conocer una maratón desde dentro. Y así me plante en la línea de salida.
Me olvide de objetivos de tiempo, de ritmos y me convencí de que la primera maratón hay que disfrutarla sin presión y de que me merecía conocer una maratón desde dentro. Y así me plante en la línea de salida.
- Y nada más ni nada menos que en Barcelona,
cuenta, cuenta… ¿cómo estaba aquello?
- Impresionante, grandioso, miles de personas con
sus miles de historias y sus millones de kilómetros entrenados, todos juntos,
nerviosos , esperando la salida con la Caballe y Mercury cantando
Barcelonaaaaaaaa!!!. De llorar de emoción.
- ¿Lloraste?
- Lloré… buenooo solo un poco, apenas nada.
- Ya, ya me imagino. ¿Y la carrera?
- Hice lo que había planeado. Disfrute como nunca
lo había hecho, con un ritmo con el que creía que podía llegar al final iban
pasando los kilómetros rápidos bebiéndome la maratón desde dentro.
Me reí,
anime a otros corredores, me animaron a mí, fui solo, fui en grupo, choque
manitas, salude hasta a los perros, agradecí a los voluntarios su apoyo, aplaudí
la animación y, por supuesto, luci la camiseta de Dravet.
- ¿Eso es todo? ¿Nada de épica? ¿Ni Tío del mazo,
ni Muro? ¿Tú que fuiste a hacer jogging, o qué?
- No, noooo, que hubo de casi todo. Eso tan
divertido pasó hasta el km 28 o 30. A partir de ahí fue cuando la cosa ya no
fue tan fácil. No hubo Muro ni conocí al del Mazo sobre todo porque los
avituallamientos estaban muy bien surtidos y los hice casi todos, además que de
fui muy reservón. Pero a partir del 30 las piernas se fueron convirtiendo en
dos columnas de hormigón que costaba mover y hubo que tirar de orgullo y frases
mantra para hacer esos 12 kilometros que parecía que no se acababan nunca; sobre todo para no parar... y no paré.
En
ese tramo viví lo más bonito de la maratón, corredores que no se conocen de
nada ni volverán a verse más después de ese día, animándose unos a otros,
compartiendo ese último gel. “Tira tú que yo no puedo”, “Vengaaaa, vamos que
llegamos”, “Aleeeee, aleeeeé”, “Go, go, go” Realmente precioso.
- ¿Y la llegada?
- Antes de eso, el Paralelo se me antojaba el K-2
pero llegué. Llegué, grité, reí, lloré, algo único. Recuerdo con cariño al
voluntario que me puso la medalla porque nos abrazamos y me dijo: “Cabroneeeees,
que mañana de envidia estoy pasando, estoy lesionado y no he podido correr” y allí
estuvimos un rato hablando de lo difícil que es estar lesionado, hasta que nos
despedimos con un “Siempre habrá más carreras”
- Buffff, que emoción. Pero, oye… ¿todo estuvo tan
bien?… ¿no hubo nada de nada que no te gustara?
- A ver, tampoco llevo tantas carreras como para
ser un experto pero no me gustó nada de nada las docenas de corredores y
corredoras que dejaron sus regalitos líquidos y sólidos por todos los lados. En
algunos casos sería porque no había baños suficientes, que tendrán que poner más;
pero en otros no era esa la razón y realmente me pareció una cara muy fea de la
carrera. Por otro lado las botellas del avituallamiento por los suelos
torcieron más de un tobillo, y seguro que unos contenedores abiertos después de los
avituallamientos arreglarían este tema. No somos tan “pro” (la mayoría) como
para no apartarnos un momento y tirar la botella a un contenedor. ¿no?
- Ayyyy, que chuli. ¿Y dime, lo mejor de lo mejor
que fue?
- Por supuesto que lo mejor fue el fin de semana completo con la gente que quiero,
apoyándome también en la carrera y que además disfrutaran tanto como yo el
ambientazo de Barcelona en el Maratón. Pero, lo mejor de lo mejor de lo mejor
fue lo de … “Papa, el año que viene corremos juntos”
- Se me derriten los lazos.
- Dímelo a mí.
- Oyeesss, no te escapes aun , que vas a ser mas tapado que el de la batamanta. Y el tiempo, ¿que?
- Fresco y soleado durante la carre...
- Noooooo, ese no , el otrooo.
- Buenooo, no fue para tirar cohetes, es que ya sabes que el Meridiano, Diagonal y paralelo pican para arriba; la preparacion no fue la mejor, el sol...
- Vengaaaaa suelta ya
- 04:47:39 , reconozco que mejorable.
- Eso es cierto ¿Y para cuando mejoramos eso?
- Mmmm Pamplona, Donosti... a ver.
- Buffff Donosti otra vez, es mentarlo y se te tuercen las cosas.
- Veremos. Solo se que habra mas carreras.